Pocas palabras salen de bocas en calma

¿Cómo puedo empezar esto?

Llevo dando vueltas al inicio de este texto mucho tiempo, y como canta extremoduro, yo digo que "no me da la gana pasar media vida, buscando esa frase que tal vez no exista". No vamos a andarnos con perífrasis y escribir líneas sin sentido para llenar este papel.

Últimamente en mi vida, no hay razones, solo versos.

No existen motivos los cuales sirvan para darle validez a esta historia, mía... solo mía.

Y digo mía, porque ya sea por egoísmo o miedo, vivo sola, encerrada con todas las decepciones que no logro superar y que se acumulan, como las cartas en el buzón de quién odia la correspondencia.

Vivo con las consecuencias de todos los actos que intenté, y de los que no. Con mis fracasos, dónde dejo lo mejor de mi y sobre todo vivo, yo sola con todas aquellas cosas que he callado.

Pero a todo esto le doy gracias. Como decía un poeta mallorquín "pocas palabras salen de bocas en calma" y mi universo alborotado de mariposas estúpidas y entumecidas fantasías, tiene mucho que decir.

Es doloroso pensar, que la tristeza sea la mayor de las musas ¿verdad?

No quiero expresar con esto toda la negatividad con la que veo el mundo en estos momentos, ni generalizar cuando lo que estoy criticando quizás es a mi propia persona.

Me critico a mi misma por que de hecho soy la mejor persona para hacerlo.

De mí, critico la ingenuidad, esas ganas inmensas de pensar que nadie va a ser capaz de hacerme daño.

El seguir fielmente a mi corazón y dejarme llevar por las pasiones, que tienen el don de arrasar por donde pasan, de destrozarme a mi y a su propio refugio.

Si yo fuera poeta, seria sin duda un romántico empedernido con la cabeza en las nubes,

un idealista en toda regla.

Si hablamos de sentimientos. Yo te digo, que el más doloroso es no ser correspondido y todos lo hemos vivido alguna vez: darlo todo por algo o por alguien, dejarte la piel por conseguir hacer feliz a una persona a la que quieres, priorizar eso antes que a ti, crecerte, ilusionarte y caer. Golpearte fuertemente en la cabeza y darte cuenta de que todas esas preocupaciones que disipabas para conseguir engañarte y vivir en una felicidad paralela, eran demasiado ciertas;

y te golpeas también en medio del pecho izquierdo que siempre duele más que el otro lado.

Y es ahí, cuando sientes que no eres tan fuerte, que eres solo un peón delante de un rey hambriento, en un tablero creado exclusivamente para él. Todo el mundo puede contigo, eres débil. Y es irónico pensar que normalmente el causante de estas heridas eres tu mismo, sí tú, que inconscientemente dejas que alguien decida por ti, dejas que tu felicidad y tu vida no dependan de ti, sino de otros.

Tú de manera errada crees que necesitas un complemento en tu vida, y no es así, créeme que vales oro, incluso mucho más que eso.

Y siguiendo firmemente las letras de mi cantante preferido yo afirmo que "está permitido equivocarnos" . El error forma parte de nosotros y a un error tras otro error, se le puede llamar fracaso sí, y da miedo.

Pero no me puedo engañar, al final agradezco haberme equivocado.

Seamos realistas, ¿cuántas veces hemos pensado que ha sido mejor perder?

La de ojos que se han abierto tras un golpe de altura.

Aunque ahora sé que prefiero perder, da igual si lo he apostado todo y si ya no tengo nada; si he dado lo mejor de mi y me he quitado todo, menos las ganas de tenerlo.

¿Cuántas veces nos hemos alegrado de haber fallado verdad?

De haber visto que merecemos cosas, personas o momentos mejores; de haber descifrado el enigmático obstáculo que nos impedía encontrar nuestros propios bienes. Un obstáculo disfrazado de ilusión que no es más que un intento de felicidad frustrado, una felicidad efímera sí, pero la tuvimos.

A veces las perdidas, pueden ser ganancias, al perderlo a él, por ejemplo,me gané a mi.

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Canciones:

· Extremoduro- Puta

· Pablo Alborán- Está permitido