Políticamente incorrecta
Prefiero chillar que hablar a susurros y así no me callan.
Se me da mejor darme de hostias que de bruces.
Y quede claro que prefiero mis moratones a los de nadie.
Tengo claro mis principios y si no os gustan, os jodéis.
Mis prioridades empiezan por mi y probablemente acaben mirando por mi también.
Es jodido darse cuenta de lo que vales en un mundo que te considera egoísta, egocéntrica o prepotente cuando lo haces. Pero yo lo sé y llámame lo que quieras si decido quererme más a mi.
Vivo con el ceño fruncido, con el coño en la boca y a la defensiva.
Se me escapa la risa en los momentos más inoportunos y lloro cuando nadie se lo espera.
Soy la típica amiga de carcajadas escandalosas de lo que te avergüenzas cuando estás en un lugar público.
Disfruto soltando tacos y dando voces.
Me encanta provocar y entrar en provocaciones y cómo soy de mecha cortísima a eso no me gana nadie.
Mis expresiones faciales me delatan
pero siento una tremenda satisfacción cuando alguien no me soporta y por eso la barra roja de labios y el sarcasmo son mi mejor arma, porque siempre es mejor kill em with Kindness.
Me da morbo dejarles ganar, y valer más por lo que callo que por el incendio que podría provocar en sus vidas.
Pero volviendo a mí, prefiero un vaso de tubo que uno de cubalitro
porque al final se me acaba derramando el alcohol,
como todo en la vida.
Porque para echar a perder ya estoy yo,
que necesito un auto biografía en HD para ver bien como la cago.
Y qué bien se me da cagarla; Y hacerme un lío; Y meterme en ellos; Y molestarme por todo;
Y si eso es ser incorrecta, qué bien se me da serlo.