El Reggaeton
Disfrutar perreando en la tarima no te hace feminista de segunda
Perreo con Daddy Yankee y canto Bad Bunny a grito pelao. De fiesta, y sola, en los espejos de mi casa me monto conciertos con la Playlist de baila Reggaetón y haciendo los mejores playbacks de la historia con las letras de Ozuna. He lanzado beef con las canciones de JBalvin y he utilizado como dardo y filosofía de vida cualquier letra que hable de lo buena que es la soltería con un poco de chulería. Soy mujer, feminista y empoderada. Y ya sé el mensaje de mierda que manda; la mujer como objeto sexual y dominada. Por eso cada vez más, decido cantar por Karol G y tener a Becky G y a Natti Natasha como alter ego con mis amigas. Gritar que ''nos comemos al conejo'' después de normalizar que las mujeres también disfrutan, a lo grande, en la cama. Bailar ''que bien me va sola''y ''que no necesito a nadie''. Ponerle un altar a Mimi de OT cada vez que suena Ya no quiero ná y querer tatuarme en la frente ''en la baraja la reina soy yo'' mientras lo doy absolutamente todo en la tarima. Llevo meses sacando “pa fuera lo malo”. Pero lo malo sois vosotros, que no entendéis que si perreo borracha en una discoteca, no lo hago por vosotros y que, por favor, no os estoy provocando. Ya sabemos todos que el Reggaeton es machista, pero tranquis por que el girl power está pisando fuerte. Y estoy harta de oír que una mujer feminista no puede escuchar Reggaeton, y eso, eso sí que es machista: intentar desacreditar la valía de una mujer por lo que escucha, por lo que baila y cómo lo baila. Lo machista es asumir que no queda bien en una mujer hablar de sexo y sino miraos las caras cuando cantamos “pero soy una perra en la cama”. Es juzgar a una mujer que disfruta de su cuerpo y de su sexualidad culpando al reggaeton de que lo haga y no entender que nosotras también nos queremos y nos queremos bien. El mensaje del reggaeton es un poco como todas las teorias de las matemáticas en el bachillerato, no aplicables a vuestra puta vida. Y por eso el problema sois vosotros, así que dejad de intentar darnos lecciones de cómo ser mujer y cambiaros primero a vosotros mismos, que de cambiar el mundo, nos encargamos nosotras. Pero, tenéis tan poco sentido común, y nos veis tan objetos sexuales que os lo tomáis todo al pie de la letra. Y al final acabáis temiendo también todo lo que pedís, una mujer segura que en vez de dominada, sea dominante.