Troya

Qué va a saber Troya de arder si nunca se quemó con tus llamas,

y qué sabrá de perder si nunca te tuvo.

Que por tener y perder, yo pierdo el cielo, el miedo, la gloria, el infierno

a ti, y lo siento.

Te quiero y no puedo,

y pienso

que tus ojos piden perdón pero no se arrepienten

y tu boca se ahoga pidiendo  auxilio pero nunca nunca da el último suspiro.

Veo que tus manos tiemblan intuyendo la guerra

pero se aferran a cualquier excusa que las haga respirar, en paz.

Que por perder, te pierdes y buscas, con miedo,

la salida fácil e indolora a un corazón errante  y a una cabeza rota.

Que al buscarte tanteas, tonteas y peleas, perdiendo a ratos las fuerzas,

con los cables quemados de una bomba a punto de explotar

9,8,7… es ahora cuando entiendes

que no es perder,

es perderte

y te niegas, rotundamente,

a inhalar el humo de este incendio de plomo y amoniaco disfrazado

de generosidad y pasión.

Tu pecho que bombea con fuerzas tus ganas de salir

y tus ojos llorando de nuevo

se hunden en un mar de dudas

y  revuelto porque sabe que no es dañar,

es que te dañas.

Y lanzas al cielo con la ultima bocanada de tu vida pasada

el primer grito de aire puro,

que te salvará de este fuego.

Qué va a saber Troya de guerra

si nunca estuvo entre tu corazón y tu cabeza.

y qué sabrá  de paz, si nunca fuiste tu su prioridad.